Sesión 15. Amor Eterno, sin marca
Para esta sesión vamos a necesitar:
Nuestro cuaderno con el CREDO
Hojita impresa de los libros de la biblia
Colores, lápiz, pegamento, tijeras, goma
1 Hoja blanca
1 Almohada
Pongámonos en la presencia de Dios haciendo la señal de la cruz
En el nombre del padre y del Hijo y del Espíritu Santo
Amén
En oración hagamos nuestra profesión de fe (EL CREDO)
COMENCEMOS CON LA SIGUIENTE CITA BIBLICA
1ª. de Juan 4, 7-8
“Queridos,
amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido
de Dios y conoce a Dios.
Quien
no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor”.
Palabra
de Dios.
Te
alabamos Señor.
Si
Dios es amor, ¿ustedes creen que el amor que Dios nos tiene a cada uno, puede
acabarse?
¿Creen que si hacemos algo muy, muy malo Dios va a dejar que amarnos?
Mucha gente piensa que Dios si puede dejar de amarnos, pero la verdad es que no, no puede dejar de amarnos!
Dios desde siempre ha actuando en nuestra vida: amándonos, guiándonos, corrigiéndonos e invitándonos a conocerlo personal y profundamente, para consolarnos y animarnos cada día de nuestra vida, sin importar las cosas que hagamos. ¿Entonces portarse mal está bien? No, definitivamente no está bien, pero el amor de Dios hacia nosotros es fiel y es eterno, dispuesto a perdonarnos si nos arrepentimos.
Vamos a pensar en la ofensa más grande que le hemos hecho a alguien, algo que ustedes crean que de verdad puso triste a la otra persona.
Ahora tomen una hoja blanca y hagan un rayón muy fuerte.
Ese rayón representa la ofensa que hemos hecho.
Ahora tomen una goma y borren ese rayón.
Esa marca es la huella que dejó la ofensa hecha. Eso es lo que pasa en nuestro corazón. Cuando alguien nos ofende no se nos olvida, a veces nos sigue doliendo, porque la ofensa deja una huella en nuestro corazón.
Pero
¿ustedes creen que Dios quiere que vivamos marcados por las ofensas y el dolor?
No.
Por
eso Dios nos enseña a perdonar, cuando desobedecemos a Dios le ofendemos muchísimo, pues estamos prefiriendo otras cosas y no lo que el nos dice que esta bien, la diferencia es que su corazón no queda marcado, pues Él nos perdona con un amor gigante. No
importa lo que hayamos hecho, Él no se marca, no tiene huella de nuestra ofensa
si le pedimos perdón de todo corazón.
Por
eso, Dios nos dice en Su Palabra (Salmo 100,5): “Porque Yo soy bueno, mi amor
es para siempre”.
Palabra
de Dios.
Te
alabamos Señor.
¿Están
listos para probarlo?
Toma la almohada y coloca sobre la mesa, quitando cualquier cosa
que se pueda romper.
Cierra tu puño y golpea la almohada con todas sus fuerzas.
¿Ven
que la almohada se hunde?
Esa es la huella de mi ofensa, pero resulta que Dios no se queda con mi ofensa, porque a el le interesa mas mi amor.
Ahora
toma la almohada y abrázala con todas tus fuerzas. Ese abrazo es mi amor y el
perdón que le estoy pidiendo a Dios.
¡La
almohada ha perdido la huella de mi ofensa y sólo conserva la huella de mi
amor!
Así es
el amor de Dios. Es para siempre, porque Él es muy bueno.
Ahora vamos a pedirle perdón a Dios, sabiendo que Él nos perdona, porque su amor por nosotros es para siempre.
Cierra tus ojos y vuelve abrazar la almohada pensando en el amor de Dios,. Que experiencia tuviste? anótala en tu cuaderno (Recuerda que es una catequesis en familia y todos los integrantes deben hacer la actividad, si estás con un primito, un hermanito, tíos, abuelos etc. invítalos a realizarla)
El amor que Dios nos da, no es porque seamos buenos o malos, sino porque ¡Él es bueno! y así como perdona Dios, Él quiere que perdonemos.
Pero que creen? resulta que no es tan fácil y sencillo como parece, porque muchas veces cuando nos equivocamos, en lugar de reconocer nuestro error y pedir perdón nos enojamos y hasta culpamos a otros.
Eso fue lo que le pasó a Adán y Eva, ustedes han oído de ellos?
Dios creó al hombre y a la mujer por amor y para amar. Para hacerlos felices, primero preparó el mundo donde tendrían que vivir. Pensó todo con cariño: el sol, el cielo azul, el mar, las montañas, las plantas, los animales que corretean por el campo, los pájaros del cielo... Cuando todo estaba preparado, creó a Adán y a Eva, y los puso en el jardín que había hecho. Estaba muy contento porque los veía felices. Todas las tardes paseaba con ellos por el jardín.
Y solo les pidió una cosa: no comer del árbol del conocimiento del bien y del mal
y que creen que hicieron Adán y Eva?
Busquemos y leamos en nuestra biblia
Genesis 3, 1-13
Preguntas para comentar:
¿Qué hizo Eva?
¿A quien le creyó mas Eva, a Dios o a la serpiente?
¿Qué sintió Adán cuando escuchó los pasos de Dios por el Jardín?
¿A quien culpó?
¿Adán aceptó su error, ante Dios? ¿Se arrepintió? ¿Se dejó abrazar por Dios?
Dios al hacernos a su imagen y semejanza nos regaló la capacidad de elegir, elegir obedecerlo o no, amarlo o separarnos de él. Pero su amor por nosotros se mantiene firme.
La biblia nos dice que después de este hecho Adán y Eva salieron del paraíso. Y Dios no se quedó mirando como Adán y Eva nos alejaban de Él, sino que desde ese momento ya estaba pensando en nuestra salvación, en como hacer para que volviéramos libremente a su lado.
A esa historia le llamamos: HISTORIA DE LA SALVACIÓN. Y la estaremos conociendo en las próximas sesiones.
En base al tema de hoy hagamos un compromiso con Jesús
Ya no ser tan grosero y ya no ofender a mis hermanos y a mi papá,en especial a mi papá.Sean Rivero.
ResponderBorrarMi compromiso es pedir perdón a Dios y a las personas que me rodean
Mi compromiso Thalía es no ofender controlar mis emociones...y Amar a Dios por sobre todas las cosas!!!
ResponderBorrarMi compromiso Aísha es no ofender con burlas y no ser tan grosera con mis hermanos y mis papás ...
Arrepentirnos por todos nuestros pecados ante Dios , para que el nos pueda perdonar
ResponderBorrarDany, Mi compromiso es dejar de contestar y no herir a las personas. Se tolerante. Tomar tiempo necesario a cada actividad que tenga.
ResponderBorrarGaby, Mi compromiso es organizarme, perdonar a mi prójimo, tomar un tiempo para dar gracias a Dios por todas las bondades que me da.
Hugo: dejar de dallar a los demás
ResponderBorrarAmérica:Dejar de pelear